Escalada hasta el cielo, Huayna Potosi (6,088), Bolivia (15-20/may/06)

De vuelta a La Paz tras la visita de las pampas, nos lanzamos a escalar el Huayna Potosi, un nevado de 6,088 que no requiere altos conocimientos técnicos aparte de los suficientes para realizar dos escaladas en hielo. Dado que habíamos perdido bastante aclimatación pasamos dos días en el campamento base (4,720 m) para recuperarla y de paso practicar la escalada en hielo. El tercer día ascendimos hasta los 5,200 m al campamento Campo Alto, y tras una merienda-cena temprana (18:00 de la tarde) y dura porque la altura nos había quitado el hambre, nos fuimos a dormir para levantarnos 7 horas después y empezar el ascenso hasta la cima. En el refugio estábamos 4 turistas más 2 guías. Yo no pude dormir porque tenía un dolor de cabeza horrible, seguramente debido a una mala aclimatación, aún así a la 1.00 de la madrugada estaba lista y dispuesta para conquistar la cima. La montaña estaba imponente, reinaba el silencio y la nieve reflejaba la luz de la luna. A lo lejos se divisaba una tormenta en la selva. ¡Era un paisaje precioso! Tras la primera hora de subida mi ritmo empezó a bajar rápidamente, cada 5 pasos tenía que parar para respirar y opté por activar el piloto automático. Me movía muy despacio y sin pensar, sólo quería llegar a la cima a pesar de que parecía inalcanzable. De repente hubo una pequeña avalancha, pequeña a mi parecer porque Josh quería dar media vuelta, pero entre el guía que decía que no había problema y yo que estaba flotando convencimos a Josh para seguir. Al cabo de otra hora Josh me hizo abrir los ojos y aceptar que no iba a poder llegar a la cumbre. De repente y como por arte de magia recuperé el sentido común, y me rendí ante la inmensidad de la montaña optando por regresar al campamento Campo Alto. Tras un par de horas de descanso en el campamento continuamos el descenso hasta el Campamento Base donde nos recibieron con una deliciosa taza de té caliente. Sinceramente no sé de dónde sacamos las fuerzas para el descenso...nuestros cuerpos no paraban de sorprendernos.

En conclusión calculo que llegamos hasta cerca de los 5,450 m de lo cual estoy muy orgullosa. Fue nuestro primer contacto serio con la altura y la montaña y nos encantó la experiencia. Espero que la próxima vez podamos alcanzar la cumbre.