Valparaiso y Santiago, Chile (11-18/mar/06)

¡Y por fin playa! Después de tanto trekking ya era hora de pasar unos días a la bartola, tomando el sol y bañándose en las aguas del pacífico. Y eso es lo que hicimos en Valparaíso.

Llegamos allí sobre las 7.00 de la mañana después de casi 12 horas de bus. Nuestro plan era ir a la oficina de información en la terminal de autobuses para organizar nuestra semana. Pero dió la casualidad de que ese mismo día y en ese mismo lugar, Valparaíso, se celebraba la toma de gobierno de la nueva presidenta de Chile y la terminal de autobuses estaba cerrada y la mitad de las calles cerradas al trafico así que el bus nos dejó en una gasolinera en mitad de la nada. Gracias a unos gendarmes muy majos y a la cabina de teléfonos que había en la gasolinera no tardamos mucho en llegar a un hostal. Lo primero que hice fue ponerme las chanclas y el bikini :-)

Valparaíso está en una bahía rodeada por el mar y la montaña. A menos de 500 metros de la orilla empieza la montaña así que estás todo el día subiendo y bajando cuestas (nota: nos recordó mucho a Lisboa). Para los más vagos también hay unos ascensores/teleférico que he de reconocer vienen muy bien cuando el sol aprieta. Valparaíso es la ciudad de los graffities y los murales y todas las casas y hoteles son muy coloridas. La ciudad tiene un aire bohemio-decadente que engancha. Nosotros sólo nos quedamos 5 días tomando el sol y visitando playas pero conocimos a unos cuantos gringos enamorados de Valparaíso que no podían salir de allí (a mi tampoco me pareció para tanto).

Cuando conseguimos igualar nuestro moreno de camionero nos fuimos a la gran ciudad de Santiago de Chile. Allí pasamos un fin de semana genial en casa de Juan Pablo y Verónica, unos amigos de Barcelona, tomando pisco sour, visitando la ciudad y comiendo parrillada.